Capadocia… Un paisaje raro y espectacular. Es de los lugares que la tele o internet no pueden captar en su grandeza, así es que cuando los ves en la realidad te impresionan mucho más de lo que esperas.
WOW el vuelo en globo… y aunque se me puso la piel de gallina, o más bien de guajolote por mi miedo a las alturas, se me olvidó y lo gocé enormemente. Imaginen 100 globos volando al mismo tiempo en una geografía casi nunca vista… ¡WOW! ¡Hasta el piloto estaba guapo!
Les recomiendo muchísimo el hotel Argos, que tiene partes construidas en las cuevas; la comida de primera. En la noche te consienten prendiéndo la chimenea en el cuarto antes de irte a dormir. ¡Duermes deliciosssssoooo!
Éfeso es otro grande de Turquía. Por su geografía se convirtió en la unión de varias rutas de los griegos y fue el camino principal de Roma hacia Oriente. Es tan, tan, tan… que mejor les recomiendo que contraten un buen guía.
Bodrum, el Saint Tropez de Asia Menor. Acabamos ahí para descansar un rato de tanto ajetreo. Es de los mejores lugares para el shopping y pienso que más accesible en precios que Estambul. ¡Valió la pena! Una de las cosas que hicimos fue rentar una goleta en la Marina. Nadamos en playas vírgenes, comimos todo fresco a la turca y ¡hasta bailamos con el capitán y la tripulación! Inolvidable día.
Se me olvidó recomendarles los Dürüm: Se pronuncia “DDRRRUM”. Hay que comerse por lo menos uno. No se te puede olvidar pedir la salsita. Los mejores son en las fondas dentro del Gran Bazaar, ahí se come rete bien, casi de todo. Lo malo es que yo me comí más de uno… Y sufrí la maldición gitana… Si te comes más de dos, ¡engordarás toda la semana!